Termino sano y salvo la difícil "aventura" el viernes 21 de marzo (normalmente el día del paso del invierno a la primavera) al anochecer en Bembibre. Pero también el regreso en bus y tren a Aguilar -vía León y Palencia- me reserva algún problema no deseado, para el que ya mi mente y cuerpo están preparados. Aquí lo cuento.
Cuando he ido sumando caminos diferentes en la Península Ibérica en esta última década, también empecé a soñar en recorrerlos todos caminando a pie. En solitario, diferentes épocas, clima, dificultades y trazados. En enero he terminado el 22º. Y el pasado octubre, en Logroño, cuando creía haber cerrado un ciclo, ya comenté que los objetivos no tienen final, si la voluntad y la constancia son muy fuertes, porque la creatividad nunca termina.
Y un día en Aguilar me crucé con dos peregrinos. Ellos hacían el Camino Olvidado. Hoy me toca a mí, aprovechando unas semanas de vacaciones con la familia, que me animan a ello. Este Camino, obviamente muy desconocido, va de Bilbao a Camponaraya, donde entra en el Francés. Tengo una semana para los casi 300 kms. de esta "segunda parte", que me objetivo desde la villa palentina. El tramo restante desde Bilbao, lo dejo para otra vez.
Será el Camino diferente 23º a pie en mi manera de contarlos, porque son muchas más veces las que he salido a hacer tramos largos. Y siempre lo he escrito y contado, para que ambas culturas se complementen. Por ello, alguien que me escuchó en una larga charla, se metió y sigue leyéndolos y añadiéndolos en su muy trabajado blog de enlaces Diarios de Peregrinos. Allí está mi primero, allá por 1965, de una forma muy diferente. Cincuenta años ya. El premio no es tanto el figurar como séptimo diario escrito más antiguo de la historia de este tema y ser el peregrino vivo que tiene el diario más antiguo escrito y está documentado -según este virtuoso y tenaz recopilador-, sino que quede escrito para siempre y para toda la humanidad. Eso es cultura para todos, aunque por desgracia sólo la aprecie una minoría.
Presa del Embalse de Aguilar y río Pisuerga. Este me acompaña río arriba hasta Cervera. |
El catamarán está en paro. No envidio una vuelta en él, que tampoco despreciaría. |
Desde el amanecer disfruto en el horizonte de la Montaña Palentina, que cada hora recorrida de hoy se me irá acercando. |
Y a partir de ésta, mis fotos directas al paso por el Olvidado. A las 6,48 h. al poco de salir, voy por debajo de la presa del Embalse de Aguilar. La luna me ilumina el Camino. |
Por Matamorisca, con su gran iglesia solitaria al fondo, ha amanecido y la helada blanca es muy fría. |
En Salinas de Pisuerga, además de patear todo el pueblo de 414 habitantes, paso unos minutos a visitar a Luis Suances, tío carnal de mi cónyuge, que a sus ya más de 85, lleva más de tres años en estado muy deteriorado en la Residencia. Después sigo también alejado de la nueva carretera porque no me quiero perder el encanto de los pueblos que viven aquí tanto con el Pisuerga, que hasta muchos se lo han incorporado como apellido.
Antes de Cervera, me tengo que fabricar un palo para apartar las zarzas y matorrales que me incordian a veces por meterme en líos de atajos o pasos desconocidos junto al río. Me cuesta llegar a Cervera mucho más de los inicialmente programado, ocho horas para 28 kms., y voy con bastante retraso.
Sigo la ruta aconsejada por el empleado del Ayuntamiento, que me sella dudoso la credencial que desconoce lo que es y se lo explico, y camino hacia Cantoral. Pero el salirse del asfalto tiene su otro tributo, el de desviarse a donde no procede. Y esta vez subo hasta la Tejeda de Tosande, de verdad un escondido paraje maravilloso, con tejos milenarios casi únicos en Europa que ya visité hace muchos años en su extensa riqueza natural. Pero son 15 kilómetros de más, por lo que en Cantoral ya acumulo otras tres horas de retraso.
Tras Cervera de Pisuerga, antes de equivocarme subiendo hasta la Tejeda de Tosande, ya atravieso minas de carbón que han dejado de explotarse hace unas decenas de años. |
Tras 13,5 horas de caminata, con sólo pequeñas paradas para la charla, las fotos, orinar y comer un bocadillo sentado en la hierba junto al río, a las 20 h. llego a Castrejón de la Peña. Qué pena encontrarme en tan duro momento con gentes incultas y desconfiadas. Dos horas de espera en el frío bar, para conseguir a base de casi limosnear, un suelo cubierto para pasar la noche. Cuando ya después de las 22 h., el alcalde pedáneo me abre la escuela en obras y sin luz ni limpieza, después de tener que contarle todo mi currículum y que consiga una fotocopia de mi DNI, le noto que sigue temiendo que puedo ser un malhechor... y que va a dormir más intranquilo que yo. ¡Gentes que se siguen fiando de los políticos y los curas, después de la que históricamente les viene cayendo, y no de los peregrinos, que les traemos paz y cultura!
Martes, 18.3.14 - 2ª Etapa: CASTREJON - SABERO, 50 kms.
De 7,20 a 20,45 h. Con todo lo de ayer y de la poca hospitalidad del alcalde, que el pueblo no tiene la culpa, he dormido bien. Bueno, es cierto que el peregrino no exige ni debe exigir nada, pero puede y debe opinar y contar la verdad de lo que le pasa. Claro que lo de desayunar, visto lo de ayer, ni pensar ni aquí ni en los siguientes pueblos pequeños.
Castrejón de la Peña: la crítica a alguna persona incompetente no coincide con la belleza del pueblo y con la de este amanecer tras dejarlo a mi espalda. |
Alterno carretera, caminos y hasta unos trozos de ferrocarril. Pero esta mañana vuelvo a tener las curvas cambiadas para los atajos, porque cada vez que cambio es para dar más vuelta. Al fin es Santibañez de la Peña (aquí debía haber llegado ayer), cuando a las 10,45 h. encuentro el Ayuntamiento y el Telecentro, desde donde actualizo este blog y me siento reconfortado, porque el mundo ya sabe por donde ando. ¡Son las 13 h. cuando voy a a desayunar y almorzar a la vez!
Un hecho aislado empaña este para mí extraordinario día, como se demuestra al final del escrito de esta etapa. Un G.C., que previamente me ha cruzado al menos dos veces patrullando en la carretera a Guardo con un compañero, me detiene, retiene, interroga, comprueba mi documentación... pero cuando va sólo. A mi distendida observación de que cómo va sólo y cruza la carretera dándome la espalda, situándose en indefensión, con la mano derecha a media altura con mi documento y la pistola enfundada y probablemente con seguro puesto porque sale de conducir, me contesta con un altivo "pero seguro que soy más rápido que Ud.", a lo que sonrío sin creermelo. Su lentitud en la informática o la comunicación telefónica me da tiempo hasta para descansar un rato sentado al borde de la carretera junto a mi mochila y echar un trago de agua que saco del macuto. Al "qué...¿aún no aparezo en busca y captura?" no contesta. Y por contra, tras contarle ampliamente la razón de mi travesía andando, suelta un "Ah... ¿es peregrino?" Es la tercera vez en mi larga historia peregrino-andante que me retiene la G.C., pero en las dos anteriores supieron mantener las distancias de seguridad y de educación disculpándose de que obedecían ordenes. Con todo, mi sicología me aconseja que le despida con una mentira necesaria, por si he herido su orgullo pistolero en los comentarios distendidos anteriores. "Comprendo su trabajo y agradezco que se preocupen por la seguridad del peregrino y de la ciudadanía" (?). A este chico, su imprudencia quizás por el aburrimiento del nulo trabajo, su sueño de cazar a un "malhechor", su arrogancia de juventud y uniforme y su manifiesta incultura le pueden perder.
Al paso rápido por Guardo, me sorprende este escaparate, la sede de la Peña del Club del casi "mi pueblo" Bilbao. |
Como el tiempo vuela, me prometo pasar de Guardo sin parar. No es así. Un escaparate en la Calle Mayor, ya poco comercial, me hace desenfundar la retratadora y echarle una foto a la sede del "Atlhetic Club - Peña de Guardo". Más adelante, una pregunta y charla con dos lugareños de buen porte, da para varios minutos... de que son forofos del Athletic y bastante más. Tanto que Fernando (55) me insiste en sacarme después hasta 15 kms. (que es lo que perdí ayer y llevo de retraso) y eso que le esperan en Santander, que está en sentido contrario.
Pues hay más alegrías. Otra pareja, que entiende bien que no podré llegar de día a Cistierna, detiene su turismo en plena larga recta e insiste en llevarme. Acepto por su agradecible detalle, y porque la negativa inicial parece desairarles. Pero lo de estos buenos personajes, lo dejo para dedicarles unas líneas especiales en mi entrada de "Personajes y Aconteceres del Camino"
Como Cistierna no parece tener mucho de mi gusto, tras un corto de cerveza con ellos en el Club de Jubilados, casi lleno a tope, les despido para llegar muy de noche al nuevo objetivo, Sabero, que ronda los casi 50 kms. de etapa realmente andada por mí, como es mi costumbre puntualizar en este blog.
El Albergue Juvenil privado está cerrado y sus dueños ausentes porque ahora no hay negocio. A las 22,30 tumbo mi cuerpo en el suelo encima de la esterilla y me me meto en el saco a descansar. Lo de la ducha sigue siendo prohibitivo en mis extensos horarios de caminante. En esta zona y tiempo hay agua fría por todas partes, bajando de prisa de las montañas nevadas. En mi macuto siempre llevo una toalla vieja y jabón.
Miércoles, 19.03.2014 - 3ª Etapa: SABERO - LA ROBLA, 55 kms.
Tras salir de mi burbuja moderna (saco de dormir) a orinar a las 5,45 h., el aspecto nocturno y claridad de la luna en su tercer día en C de menguante, a las 5,58 h. me invita a arrancar a andar y subir el "puerto" camino de La Robla.
A las 7,30, poco después de que desaparezca Venus de mis espaldas y el sol haya tomada las riendas del nuevo día, encuentro la última naranja en el fondo de mi mochila que ha metido mi esposa como postrero recurso alimenticio.
Sorprendente fachada en casa de piedra de un pequeño pueblo, con nada menos que seis escudos, que me "obligan" a entretenerme un rato para estudiarlos. |
Los ríos y puentes nunca me dejan indiferente. Los retrato mucho para mi archivo y para enseñarlos cuando creo que procede. Este, sobre el que pasa "el tren de La Robla" está muy cerca de... |
...la estación de Valdepiélago. |
Otra vez un pretendido atajo, -y me he prometido esta mañana no desviarme del asfalto-, me retrasa una hora la llegada al Ayuntamiento de La Vecilla de Curueño. Entrada en internet, error al salir hacia León, comida distendida en Restaurante Springgield... total que son ya las 16,30 h. cuando arranco y me quedan más de 20 kms. hasta La Robla. Acelero a tope, pero también retrato gallos, que los de aquí me dicen son famosos mundialmente por tener la mejor pluma para la pesca de río, y paro a saludar y charlar un rato con los lugareños.
La Vecilla de Curueño. Palacio y Torreón Militar del s. XV, extraordinariamente reformado y adecuado para actual Ayuntamiento |
Es de noche total cuando llego casi sudando y oigo las nueve campanadas delante del Ayuntamiento de La Robla. El alguacil de turno me atiende e indica de maravilla, llamando al encargado del nuevo Albergue. De 21,30 a 23,00 h. me empleo en la charla distendida con Sixto, encargado y que vive un rato "mi Camino", en las labores de aseo personal y de escritura... y también por fin me tumbo en la litera baja más cercana al radiador eléctrico, envolviéndome con sólo paños menores en dos mantas, para que el saco de alta montaña esta noche descanse en el fondo de la mochila.
Jueves, 20.03.14 - 4ª Etapa: LA ROBLA - FASGAR. 59 kms.
Etapa Candela.
Descansar tumbado siete horas en litera, no es igual que dormir bien, pero para el cuerpo, que es "inteligente", puede ser suficiente para volver a estar en forma al amanecer siguiente. A las 6,20 h. inicio mi andadura, que hoy me espera kilometrada en subida a la montaña leonesa. En las tres primeras horas disfruto casi las mismas sensaciones de ayer.
Me amanece subiendo un puerto camino a La Magdalena, pueblo cuyo nombre me recuerda a su homónimo de la patrona de Arrigorriaga y a mi nieta mayor Maialen. |
Desde Bilbao se está trabajando para "resucitar" esta maravilla de Camino. |
Y en el Camino, también nos hacemos por unos minutos amigos como estos. |
Desde Pandorado he bajado, pero a partir de este meteórito almuerzo, empieza de nuevo la subida.
Al ver el anuncio de Aguasmestas, se abandona la ctra. a Villablino por el Valle Gordo con el rio Omaña, por la izquierda. |
Sigo ascendiendo cota y bebiendo agua en mi vieira de las "cascadas" que se rompen en la cuneta. |
En los últimos kilómetros anteriores voy autoconvenciéndome del prudente fin aquí de este Camino. A los anteriores comentarios anotados se suman otros tan desanimadores como "en Fasgar igual no duermen ni cuatro y no verá a nadie". Así que la entrada al bar para mí resulta como la entrada al cielo, después de un infierno de pensamientos y un purgatorio de kms. en mi cuerpo. Los cansancios se me olvidan repentinamente.
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Noche en Fasgar (León). Per Bat con la niña que cascaba avellanas -Candela- y su madre Rosi. |
La niña de dos años que casca avellanas se llama Candela. Casi por encima de la extraordinaria hospitalidad de sus padres y del comportamiento de todo el pueblo, me admira la hija. Veo en ella la nueva savia para que estas aldeas de montaña y dificultades, de buenas gentes, no sólo sobrevivan, sino se les reconozca su infinito mérito por conservarnos la naturaleza. Al recordar ésta como la "etapa Candela", homenajeo a sus padres y a todo el pueblo, que ahora lo habitan seis vecinos, pero hay 50 casas arregladas. Y así quiero proclamarlo al mundo.
Viernes, 21.03.14 - 5ª Etapa: FASGAR - BEMBIBRE - LEON, 49 kms.
Etapa del Zermatt Leonés.
La casa de piedra está a 1341 m. junto al río Vallegordo, afluente del Omaña, ahora y casi siempre una torrentera rítmicamente cantarina por el desnieve, y además me dejam la amplia habitación junto al río. Con el aceptable murmullo de la cascada, me parece oír el de la lluvia. Efectivamente ha llovido y llueve cuando, tras desayunar con Santiago y hacernos tres fotos, parto a las 7,55 h. hacia la montaña nevada.
Fasgar 7,50 h. La casa arreglada por Santiago y Rosi, heredada de los padres de ésta, que con una licenciatura en enfermería, probaron fortuna unos años en Oviedo... y regresaron a la naturaleza. ¡Per Bat os felicita! |
En seguida hay nieve blanda cubriendo todo el camino. Resulta agotador cada paso y muy pronto me mojo hasta los tobillos, luego hasta las rodillas, bastante más tarde hasta la cintura. Llevo las ligeras zapatillas Salomon (de Goretex), para mí, calzado tan inmejorable en las grandes caminatas como inútil con el agua y la nieve, donde las más abultadas botas Goretex sólo hubieran aguantado sin empaparme un par de horas más.
Llueve y hay niebla. Ni desmayo ni lo dudo. Adelante, que el tramo duro no es más que de unos tres kilómetros, hasta alcanzar la cota del Collado Campo (1645 m.). Estoy bien alimentado, he dormido "bien" y mi moral está muy alta. Un poco antes de llegar al Collado se borra el camino, tapado por la nieve con supuestamente altura de hasta 1,50 m. o más en puntos concretos. Arriba hay un cartel anunciador, que al menos no se ha tapado. Tengo que jugámela en la bajada al circo, donde supuestamente está la ermita de Santiago, que leo se reunen cada 25 de julio los de Fasgar y los de Colinas del Campo en romería de hermanamiento. El descenso es aún más dificil y peligroso. Sin camino, las "escobas", la mochila y la arrollada colchoneta embolsada en una mano, me hacen de flotador cuando me sumerjo en varios hundimientos en los torrentillos de agua que van por debajo de no sé cuanta altura de nieve. En la otra mano, el pequeño paraguas plegable de varias batallas aún me ayuda algo.
A las 9,45 h., en el Circo de Campo y ermita de Santiago ya me veo casi salvado. |
Pero los minutos pasan, no encuentro la salida por la niebla que de nuevo se cierra, y además llueve. Me estoy quedando helado. Tengo que salir y rápido. Lo hago y al de unos minutos encuentro el camino, aunque previamente me cuestiono vadear el caudal de unos cuatro metros de ancho y profundidad nada clara, por el torrente veloz de agua. Acelero para entrar en calor. Una laja resbaladiza del camino me hace caer aparatosamente. Sólo se me rompe una varilla del viejo paraguas, que mantengo como tercer necesario compañero junto con la mochila a la espalda y la colchoneta enfundada en una bolsa de plástico negro en la otra mano. Sigue lloviendo.
¡Ay lo de los puentes... aunque me lo explicó muy bien ayer Arsenio! "Vas siempre por la izquierda del río y viéndolo, menos un rato que pasas por un puente de madera a la derecha..." Me cuesta un ratillo encontrarlo, porque el camino se mete en el río (es para los animales y en tiempo menos torrentero). Pero ese puente ya no está para miedosos. Hasta me permito hacerme y hacerle fotos.
Iglesia de Colinas de Campo de Martín Moro. |
Terminado aquí mi Camino Olvidado a pie, aún no ha acabado mi día más difícil de este Camino.. y me queda el regreso a Aguilar en bus/tren, que tampoco va a ser un "camino de rosas". Lo contaré en... "El complicado regreso y conclusiones"
Cuando subo por el Valle Gordo y el río Omaña, tras enterarme de que en Fasgar se acaba la carretera, me imagino estar en Suiza, subiendo a Zermatt, para el día siguiente intentar hollar el Cervino de 4.778 m. Después, al ver el pueblo de Fasgar iluminado ya de noche y al día siguiente al salir de él de madrugada hacia la montaña nevada hasta Collado de Campo (1645), viene a mi mente el nombre turístico que voy a acuñar para este pueblo, el Zermatt de León.
EL COMPLICADO REGRESO, RESUMEN Y CONCLUSIONES.
Desde Bembibre y a las 7 de la tarde, no es fácil acertar en las comunicaciones para llegar a Aguilar mañana sábado al mediodía. Lo más rápido en salir, no es a veces lo mejor. Un bus de Alsa me lleva a León a las 20,30 h. Aquí la pelea va a ser dura, con cuatro horas de dar vueltas a una ciudad, que aunque pequeña, también ando los aproximádamente 8 kms. que he sumado a la etapa, llegando a los 49 de hoy.
De la Estación de Autobuses al Albergue Municipal, donde he pernoctado en alguno de mis pasos peregrinos, pero está cerrado desde hace años. Subo hasta el otro extremo, a la estación de "La Robla"... y no llegaría a Cillamayor hasta casi las 18 h. de mañana más tener que bajar a Aguilar otros 12 kilómetros a pie. Intento bajar rápido de nuevo al albergue de las Carvajalas... y está ya demasiado cerrado por la hora muy tardía.
Me acuerdo a las 22,30 h. lo que me pasara en Santiago, tras terminar no sé qué largo camino y querer salir pitando o al menos asegurar billete en Renfe para el día siguiente. Tuve que maldormir en el jardín de la Plaza Galizia. Hoy en León, ya sólo me queda cenar bien y relajado y bajar a medianoche hasta la nueva Estación de Adif-Renfe. Al menos me aseguro de que mañana a las 7 h. hay tren a Palencia. Ya no dejan tumbarse en las modernas estaciones... y las cámaras lo controlan todo. La calle no baja esta noche mucho de 0º y mi saco y mi cuerpo lo aguantan. También he secado toda la mojadura de la mañana con mi propio cuerpo y los 35 kms. a buen ritmo desde Colinas.
Sábado, 22. A las 6,45 h. ya tengo los billetes. De 7 a 8,15 h. hasta Palencia. Tres horas y veinte minutos para patear la ciudad de la "catedral bella desconocida" y hacer el reportaje de fotos. Parece casualidad, que no hubiera venido por aquí desde julio de 1965, en mi primer Camino de Santiago, el que ahora me ha colocado en los primeros puestos del blog de Enlaces "Diarios de Peregrinos". Por aquí pasé en mi andadura de entonces. Por aquí regreso de mi última, cincuenta años después.
Resumen y conclusiones. Bueno, pues no voy a resumir, para no repetirme. Ahí está contado casi todo lo que me parece pueda interesar algo. Y en conclusiones, que este camino es una maravilla para los que además de peregrinos somos montañeros, que me he sorprendido a mí mismo otra vez más al conseguir una media diaria de 53 kilómetros y pasando tres noches en muy duras condiciones. Que es el primer camino que lo hago entero sin gafas -esas de miopía que me acompañan desde los 12 años- y que lo he visto todo bastante bien. Tan bien que he acabado muy fresco y sin dolencia alguna, aunque no me he mirado en la báscula. En síntesis, otra excelente y enriquecedora experiencia. O sea que... continuaré buscando nuevos Caminos. La Vía Bayona ya está en mi mente. Y que puedo confirmar una vez más con mi propia experiencia que... querer es poder.